Uno de los elementos más importantes de la construcción racional son los bloques de concreto. Surgieron a finales de los años ’70, como una alternativa económica y ágil, y por su vigencia hoy están entre los materiales más comercializados en el rubro.
Su protagonismo creció a lo largo de los años, pasando de ser un elemento utilizado únicamente en construcciones precarias o elementales, a la actualidad, donde forman parte de diversos proyectos donde está presente el diseño. Incluso se los emplea en edificios de gran altura, gracias a los mejoramientos en la materia prima y sus técnicas de producción.
Principales características
Su principal característica es que, al colocar un bloque en la pared, se obtienen múltiples funciones básicas y en forma simultánea: cerramiento de los ambientes, estructura de la vivienda, revoque grueso en interiores y exteriores, y textura superficial.
Además, su empleo, aligera el presupuesto básicamente en:
Reducción en los tiempos de construcción.
Menor demanda de mano de obra.
Requiere menor cantidad de mezcla para pegar bloques (concreto).
Permite prescindir del revoque grueso.
Admite la aplicación de diferentes terminaciones.
La estructura hueca de sus interiores permite el paso de cañerías de todos los servicios y no es necesario romper el muro trabajado. Promueve tanto el paso de hierros estructurales (vigas y columnas) como la colocación de materiales de aislación térmica.
Aplicaciones
Dadas las características mencionadas, pueden aplicarse en:
Viviendas unifamiliares.
Edificios en altura sin estructura de concreto armado independiente.
Centros comerciales e hipermercados.
Edificios públicos y naves industriales.
Muros de sostenimiento de suelos.
Piscinas de natación y cisternas.
Barreras resistentes al fuego.
Cerramientos de estructuras independientes y tabiquería interior.
Elementos estructurales lineales (vigas, dinteles y columnas).